Madrugando en sábado, como pocas veces reconocían hacer nuestros chicos, y con un sol que prometía acompañarnos durante toda la jornada, nos dirigimos hacia el pueblo de Olite. Sin llegar aún ya pudieron comprobar que el “madrugón” iba a merecer la pena al ver la silueta del Castillo Real que se alzaba en mitad de un entorno austero. A nuestra llegada, el autobús nos dejó fuera del Casco Antiguo del pueblo y dimos un paseo por las callejuelas que guían a los visitantes por este lugar de ambiente medieval.
Como auténticas damas y caballeros, pero dignos de esta época con cámara y smartphones en mano, recorrimos cada rincón del patio de armas, la pequeña sala mudéjar, las cámaras del rey y la reina y la galería y el jardín que cuenta con una enorme bóveda construida por petición de la reina para proteger las plantas que tanto le gustaba cuidar.
¿Y tú qué elegirías, ser rey o reina en la época medieval o serlo hoy en día? Era la pregunta que se planteaban Camila y Jose Ángel en lo alto del Castillo de Olite al contemplar esta construcción que aún hoy se mantiene tan bonita. Una duda que desencadenó la intriga por conocer más sobre la historia del lugar en el que nos encontrábamos y la historia de España y Navarra en general. Una ocasión que, como buenos navarros, aprovechamos para hacerles un pequeño resumen de los hechos acontecidos en nuestra tierra años atrás mientras les sacábamos fotografías para el recuerdo.
Terminada la visita y tras otro pequeño paseo por el pueblo, cafés, helados y charlas al sol, pusimos rumbo a las Bodegas Ochoa. Allí nos esperaba Mikel para contarnos la historia de esta empresa familiar y del proceso de elaboración del vino de una forma muy dinámica y amena que terminamos de entender con la Cata de sus vinos artesanales.
Entre vino y vino disfrutamos de conversaciones muy enriquecedoras sobre las vivencias de los chicos en la Universidad, con sus respectivas carreras e incluso de su experiencia en las mudanzas a la ciudad que hoy es su nuevo hogar. La verdad es que fue la ocasión perfecta para que se conocieran aún más unos a otros y crearan vínculos un poco más allá del entorno puramente universitario.
Sin duda estas últimas conversaciones fueron la guinda a una jornada cultural y de ocio que se está convirtiendo en costumbre organizar desde CampusHome, ya que somos conscientes de que no es tan fácil encontrar la manera de salir a conocer los alrededores de Pamplona. Por eso estamos trabajando para realizar el mayor número de actividades posibles de carácter cultural, deportivo o simples quedadas que nos permitan compartir tiempo y reforzar las relaciones más allá de las paredes de los pisos. Ya estamos organizando la siguiente… ¡Qué ganas!