Si eres estudiante y llevas ya un tiempo viviendo en tu piso universitario en Pamplona, seguro que conoces, o al menos has oído hablar, de la Crepería de lo viejo. Si no, estás a tiempo de ir este fin de semana y probar los mejores crepes de la ciudad.
El local está en la calle San Gregorio 23, en el casco viejo de Pamplona. El sitio puede pasar desapercibido por su pequeño tamaño pero el olor a crepes recién hechos te guiará por las calles hasta hacerte llegar a él. Entrar en este pequeñísimo local de colores llamativos y donde siempre suena buena música es como entrar en la pastelería de un cuento de los Hermanos Grimm. El interior está repleto de fuentes y tarros de cristal con los ingredientes más variados que nunca hayas visto y decorado con detalles curiosos que lo convierten en un lugar con mucho encanto.
Ya desde la calle puedes ver a Orreaga, la dueña. Lleva desde 1993 elaborando uno a uno cada crepe a gusto de sus clientes. Lo primero que encuentras al entrar es su amplia sonrisa mientras te hace la primera pregunta: “¿Dulce o salado?”. En ese momento tendrás que elegir entre las más de 60 combinaciones de ingredientes que la casa te recomienda -créeme, la decisión no es nada fácil- o elaborar el tuyo propio mezclando los ingredientes que más te gusten.
Cuando hayas despertado del estado hipnótico en el que entrarás al ver cómo elaboran tu crepe, te recomiendo que vayas a disfrutarlo al aire libre a un sitio tranquilo. El local es muy pequeño y apenas hay espacio para que se sienten dos o tres personas, pero eso forma parte de la experiencia de La Crepería: el crepe sabe mejor mientras se callejea por el casco antiguo.
Ya tienes plan para este fin de semana, ¡ya verás cómo repites!