Estudiantes, ahora que llegan los exámenes, echarse un rato la siesta no sólo ayuda a descansar un rato los párpados, sino que también mejora nuestro rendimiento.
La clave de la siesta es cuánto y cuándo se duerme. Una pequeña siesta de 10 a 30 minutos que se toma de entre 1 y 3 de la tarde, nos mantiene más alerta durante varias horas, por lo que la siesta puede ser una herramienta muy eficaz para mejorar la productividad en el estudio.
El problema de la mayoría de la gente es que en las noches no tienen un sueño de alta calidad y muchos de ellos suelen dormir alrededor de 6 horas. Esto conlleva a que muchos trabajadores sientan sueño a lo largo del día.
Lo ideal en la noche es dormir ocho horas, puede ser un poco más o un poco menos, pero sin llegar a ser solo 6 horas o menos. El hecho de dormir menos de 6 horas incluso puede ser muy dañino para nuestra salud. Es por ello, que la solución ideal es echarse una pequeña siesta por las tardes.